
A menudo, nuestro género tiende a relacionar shopping con una simple actividad recreativa y de pura felicidad para las mujeres en general. El simple hecho, aún incomprendido, que genera un proceso de descarga en ellas y las motiva a comprar cosas que tal vez sean innecesarias pronostica un augurio de felicidad que si bien no comprendemos, si disfrutamos. Puesto ésto, rara vez un hombre accede gustosamente a acompañar a la mujer al shopping. Debido a su entrar y salir de cada local existente (en su mayoría es así, no así en todas) el hombre se fastidia y quiere irse, sentarse o dormirse inclusive.
Pero el shopping, demanda mucho mas que el simple acto de comprar. Si, requiere habilidades y un estado físico impresionante, mas un elevado umbral de decepción por falta de y de soportar actitudes de vendedoras, vendedores y otros compradores inclusive.
El evento ocurre. La mujer se descarga. Genera vida en sí misma y desgasta tiempo y energías al punto que no comprendemos.
Es usual, que al verlas tras el proceso, se la vea felices, contentas e inclusive energéticas. Pero no pasará mucho tiempo para que el cansancio de tal actividad las fatigue y de la felicidad pasen al enojo de ser muy cuestionadas por quien fuere.
ES POR ESO, que hoy por hoy, damos un paso al frente y comprendemos. Que el Shopping, LAS PONE FELICES, pero también LAS CANSA.
Pero comprendan, a nosotros, simplemente NOS MOLESTA ir de SHOPPING.

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