Un cigarrillo se prendió.
Y me encontré un día como cualquiera. Sentado con un pucho calmo.
Sin hacer mas nada que hablar. O tipear para quien capitule mi ocasión.
Me encontré ahí. Desamparado en mi propio pensamiento. Con una mezcla tan jodida.
Sentimientos de alegría y de tristeza. Pura melancolia y puro fervor. Algo raro, que no sabía como expresar.
Quieto, intenso pero tranquilo y a la vez tan acongojado.
Puta madre, que momento de mierda.
Me detuve a mirar que fue ese momento y recordé mil segundos de unos pobres minutos.
Sincera nunca fue mi alegría y honesta nunca fue mi tristeza.
Que mierda. Una lluvia de todo lo que fuí y nunca mas.
Cansado de verme igual, cansado de sentirme igual. Giré mi cara,
cerré mis ojos y pegué un grito que hasta el mas sordo se enteró de lo que pasó.
Sencillamente, me pudrí.
Me pudrí de vos, de él, de ella, de todos y de mí. Me harté, me cansé.
Me colmé a mi mismo con mi andar calmado. Con mi andar encerrado.
Ahora busco una salida. Solo una. Y cada vez que me canso y me rindo.
La miro a ella. A la mas grande. A la que todo pudo y contra mil hijos de puta luchó y salió adelante.
La miro sin que sepa y le digo desde mi corazón, te quiero con el alma.
Sepan entender, este es mi camino, esta es mi elección y no me puedo ir con ustedes. Todavía tengo...Todavía están.
Un cigarrillo se apagó.
Martin Castellani 28-04-09
Twitter: @StyleDLC

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Share!